La recarga de un coche eléctrico es un proceso muy sencillo para todos los usuarios: abrimos la tapa del conector del coche, cogemos el cable de carga, enchufamos y, si todo está correcto, se inicia el proceso de recarga. Este proceso es intuitivo para todos los usuarios y es sencillo de comprender. Ahora bien: ¿Cómo se produce esta recarga? ¿Qué elementos intervienen? ¿Depende del cargador que empleemos? En este post buscaremos dar respuesta a estas preguntas, explicando de forma clara el recorrido que hace la energía desde nuestra casa o de una estación de servicio hasta que entra en las baterías.
En este proceso tendremos que hacer dos distinciones básicas en función de qué cargador estemos empleando: cargador de corriente alterna (el que tendríamos en nuestro hogar o aparcamiento privado) o bien cargador de corriente continua (disponible en gasolineras o estaciones de servicio, por ejemplo).
Lo que debe quedar claro es que las baterías requieren de corriente continua. Y a los usuarios lo que nos ofrecen las compañías eléctricas es corriente alterna. La diferencia, por tanto, entre un método de carga y otro radica en el punto en el que se transforma la energía de alterna a continua.
Proceso de carga semi-rápida (Cargador de Corriente Alterna)
En este caso lo que tenemos es un cargador que nos proporciona una potencia de entre 3,6kW y 7,2kW (para cargas monofásicas) y un rango de 11-22kW para cargas trifásicas. Estos cargadores se conectan a la instalación eléctrica (de la casa o parking, por ejemplo) la cual se alimenta de corriente alterna. Cuando nosotros conectamos el vehículo al cargador, este lo que hace es permitir y controlar el paso de la corriente de la instalación a la toma del vehículo. Sin realizar ninguna conversión de alterna a continua.
En este caso, por tanto, al vehículo le está entrando corriente alterna. De manera que el responsable de transformar esta energía en corriente continua es el vehículo. Y esto lo logra a través del llamado “Cargador a bordo (on-board charger)”. Este elemento se encuentra dentro del vehículo, cercano a la toma de corriente de este, y actúa como transformador pasando la corriente alterna a continua. Posteriormente esta corriente ya transformada se envía directamente al módulo de baterías. Estas la almacenan para su posterior uso.
Proceso de carga rápida (Cargador de Corriente Continua)
En este caso nos encontramos con un cargador que nos proporciona una potencia que va desde los 50kW hasta los 360kW. Estas altas potencias las podemos conseguir puesto que estos cargadores trabajan directamente con corriente continua. En estos casos, el cargador está conectado a la instalación eléctrica recibiendo corriente alterna. Evidentemente se debe tener contratada una alta potencia para usar estos cargadores, es por eso que los solemos encontrar en gasolineras o estaciones de servicio. El equipo es alimentado, por tanto, por corriente alterna. La gran diferencia radica en que en estos cargadores la transformación de alterna a continua se produce en el propio cargador.
El cargador incorpora una serie de transformadores encargados de pasar la corriente alterna a continua. Una vez conectamos el vehículo al cargador, a través de una manguera, este envía y controla la corriente hacia el vehículo. En este caso el coche eléctrico está recibiendo corriente continua, de manera que no es necesario hacer pasar la corriente por el cargador a bordo. La corriente continua suministrada va directamente hacia el módulo de baterías y se almacena para su posterior uso.
En la siguiente imagen encontramos los principales componentes de un vehículo eléctrico que permiten gestionar corriente que le entra tanto para carga alterna o continua. Concretamente podemos ver una representación gráfica de la plataforma MEB del grupo Volkswagen, sobre la cual se han fabricado modelos como el ID.3 o ID.4.
Ignacio Rivilla Garcia – 01/10/2021