Mantenimiento Vehículo eléctrico vs combustión
Una de las causas del éxito del vehículo eléctrico, es la enorme disminución del coste de su mantenimiento, siendo paradójicamente también causa del retraso en su implantación.
Motivos que retrasan su implantación
Os explicamos: cuando alguien va a comprar un vehículo destinado a su movilidad, en teoría, el comercial debería venderle el que más se ajuste a sus necesidades. Teniendo en cuenta que el 87% de los europeos no realizan más de 90 kilómetros al día en sus desplazamientos, deberían aconsejar uno eléctrico y, sin embargo, hoy en día esto no sucede. Y es que los vehículos eléctricos carecen de mantenimiento y con ello, pierden un negocio muy grande en la postventa con el mantenimiento y los recambios. Además, en las últimas fechas, debido a las restricciones de la Comunidad Económica Europea por la contaminación, están aprovechando para sacarse de encima stocks de combustión antes de que se implanten estas normativas.
De todas maneras, los fabricantes han apostado decididamente por el vehículo eléctrico y están forzando a los concesionarios a cambiar su política, por que si no apuestan decididamente por el eléctrico tienen el peligro de desaparecer.
¿Por qué necesitan un 80% menos de mantenimiento?
Volviendo al mantenimiento, un vehículo de combustión tiene de media unas 20.000 piezas y uno eléctrico unas 6.000, en el caso del motor son 2.000 piezas contra 20, es algo lógico y evidente: cuantas menos piezas, menor mantenimiento. En el caso del vehículo eléctrico, éste carece de vibraciones, siendo por ello su desgaste menor. También la manera de conducción es diferente, lo que hace que las pastillas de freno tripliquen su vida útil y los neumáticos la dupliquen. Resumiendo: en los primeros 80.000 kilómetros de un vehículo eléctrico el mantenimiento es nulo, únicamente deberemos comprobar con el ordenador de abordo el poco desgaste que haya podido tener la batería.
Vida útil del vehículo
Hay estudios realizados en EE.UU. que indican que el vehículo eléctrico tiene de media, una vida útil de un 20% más que un vehículo de combustión en condiciones normales. Además, cada vez se está incrementando más la vida útil de las baterías, ya se habla de que, en los nuevos lanzamientos, éstas no bajarán del 80% de su capacidad hasta haber realizado entre 800.000 y 1.000.000 de km. Teniendo en cuenta que el único mantenimiento que precisan estas baterías es un control que se realiza en 2 minutos con un ordenador, el coste general del mantenimiento de este tipo de vehículo es realmente bajo.
Por último, cuando la vida útil del vehículo llegue a su fin y sea desguazado, estas baterías se reciclarán para su uso en viviendas, tal y como ya se está haciendo en muchos países europeos.
Resumiendo, el mantenimiento de un vehículo eléctrico se reduce a: neumáticos, frenos y actualizaciones de software. Esto por un lado es una gran ventaja competitiva, pero por otro es una perdida de negocio para un sector de la automoción.
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